Las mudanzas

Desvestir un lugar…. para vestir otro.

Ando recogiendo cosas. Bajito, para no despertar a Maria que aún duerme. Lo combino con leer el correo (jugar a Farmville en el Fcb, que me tiene enganchá después de mil años de no jugar a nada :D), tomar un café y organizar lo siguiente en mi cabeza. Ayer, después de diez horas de coche, todavía tuvimos ganas (muchas) de ir a visitar a Juani y Xavi. Han tenido gemelas. Verlas tan chiquititas, mamando a la vez de esa mujer menudita me trajo recuerdos de hace dos años!!!.. y es que ya han pasado dos años. Parece un topicazo, pero es que el tiempo se nos va entre las manos. Como dice mi primo, ¿qué son cincuenta años en la historia de un clima?…. Para mí, que a veces me da la sensación que haya llegado el invierno perenne a mi clima interior, cincuenta años es una vida.

Estas navidades han sido un tanto extrañas. Viajé hasta el sur para visitar parte de mi familia. Y allí se quedó mamá al menos durante unos días. Lo justo para hacer una mudanza e intentar restablecer algunos ritmos. Se quedan un montón de cosas pendientes: una visita a Valencia (¡ay, mi niña… a veces siento que no podemos posponer mucho más ese abrazo pero me empujan otras cosas), algunos días más en la sierra (compartiendo la vida con Inma y Enrique y esos dos menudos increíbles que tienen por hijos), conocer Aracena (que me han dicho es un lugar precioso para «volver a empezar»), algunas conversaciones con la Candela y una sillita que se quedó en la habitación de la entrada en casa de mi tía :D… pero he podido abrazar y besar a un puñado de gente a la que quiero.

También está pendiente leeros. Y releeros.